sábado, 7 de enero de 2012

Como hacer una huerta orgánica en nuestro lote y no morir en el intento

Parte del secreto para poder llevar una vida sustentable y ecológica, pasa por la autogestión y autosuficiencia en varios aspecto uno de ellos muy importante es la alimentación. Consideramos importante que nuestros terrenos además de ser un sitio ideal de recreación, esparcimiento e integración familiar, sirvan además para ayudar un poco a la salud en la alimentación y a la económia familiar. Empezamos por el huerto, no hace falta gran espacio, puede ser un pedazo muy pequeño de tierra.

No hace falta una gran inversión para armar vuestra propia huerta, apenas un poco de información para así dar el puntapié inicial y dar los primeros pasos en la tarea de la siembra y la cosecha. Lo primero es contar con un terreno que no tiene porque ser demasiado amplio pues una huerta para una familia de cuatro o cinco integrantes requiere apenas unos pocos metros cuadrados de superficie.

Las eras o bancales
Basta contar con unas pocas eras o bancales para lograr buenos resultados, unas cinco serán suficientes pues el secreto no sólo está en el tamaño de la huerta sino también en su cuidado y sistema. En ese sentido, hay tres aspectos fundamentales a tener en cuenta: La rotación, el uso de abonos orgánicos y la asociación de plantas.
La tierra Pero antes de adentrarnos en los pormenores del cuidado de la tierra hay que tener en cuenta la preparación del terreno. Bastará con que el dueño de casa limpie el terreno quitando las malezas, piedras y restos solidos para luego establecer las eras, que deben tener un margen de entre 30 y 40 cm. entre una y otra para así poder caminar entre ellas.
Expertos en la materia aconsejan no mover la tierra una y otra vez sino simplemente integrar los terrones de tierra con el suelo natural, para luego emparejar la zona con un rastrillo.
El abono Entonces sí, ya estaremos en condiciones de sembrar aunque para dar ese paso hay que considerar algunos aspectos que sin dudas incidirán en los buenos resultados de la siembra. Uno de ellos remite al uso de abonos orgánicos para enriquecer la tierra. Un buen abono orgánico puede ser creado por ti mismo con restos orgánicos como pueden ser cáscaras de huevo, restos de papas, estiércol, cenizas, restos de frutas, etc. Tan sólo debes echarlos en la tierra en forma pareja y luego regar la zona para lograr una buena humedad o simplemente tomar los desperdicios, echarles agua y cubrirlos con un plástico para que fermente y, entonces sí, echarlos en la huerta.
La siembra Así es como, con estos requisitos básicos, entraremos de lleno en la etapa de la siembra, que si bien es un proceso sencillo tiene sus secretos. Lo primero es pensar en lo que se quiere cultivar pues las opciones son de lo más variadas. Pueden ser  cebolla de rama,  coliflor, remolacha o acelga hasta lechuga o puerro. 

Al momento de sembrar hay dos alternativas: por almácigos o en forma directa, echando las semillas en la tierra, normalmente al realizar siembra directa crecen muchas plantas en un mismo sitio por lo cual cuando crecen un poco se escogen las mas vigorosas y se arranca las que han crecido menos esto se realiza al mes aproximadamente esta tecnica se conoce como aclareo. Si se elige la siembra por almácigos hay que colocar tierra en recipientes pequeños como para unas pocas semillas, se pueden utilizar las cajas de huevos que van muy bien y son biodegradables, tambien se puede utilizar los cilindros de rollos de papel higenico o cocina, colocamas tierra, mezclada con abono organico y un poco de arena o fibra de coco para tener un buen drenage, ponemos un par de semillas por recipiente y esperamos hasta tener una planta chica que luego transplantaremos a su lugar definitivo a los 30 a 45 días asi en las fase de germinación y crecimiento cuando la planta es mas fragíl la podemos tener controlada en cuestiones climaticas, agua, etc.
Consejos Un gran consejo de los expertos destaca la asociación de cultivos, es decir el sembrar juntas aquéllas plantas que de alguna manera se benefician entre sí. Puede ser porque se complementan con sus nutrientes o porque algunas de ellas repelen insectos. ¿Algunos ejemplos? La remolacha y la zanahoria, la albahaca y el tomate, también la lechuga, y la espinaca.

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