En la naturaleza no existe el concepto de basura o desperdicio. Todo se recicla gracias a los microorganismos, hongos e insectos, cuyo trabajo es descomponer la materia orgánica. En la finca tenemos varias alternativas para producirlos.
Compost de pulpa de café
Para prepararlo se necesitan tierra cernida, de la mejor que se tenga en la finca, y 3 tubos de guadua de 1.20 metros sin tabiques internos y con huecos en los canutos para que circule el aire y salgan los gases.
Procedimiento
Compost del bosque
Es el abono producido en el suelo del bosque, donde la naturaleza tiene los elementos para transformar el material vegetal sobrante en la finca.
Ingredientes
1 costal con material del suelo del bosque.
1 costal de restos vegetales de la finca.
2 arrobas de hojarasca seca triturada.
1 kilo de harina de maíz, de cebada o de arroz.
3 palos de 2 metros de largo, y 3 de 1.20 metros de largo.
Agua limpia.
Compost de pulpa de café
Para prepararlo se necesitan tierra cernida, de la mejor que se tenga en la finca, y 3 tubos de guadua de 1.20 metros sin tabiques internos y con huecos en los canutos para que circule el aire y salgan los gases.
Procedimiento
- Cercar un terreno de 1 x 1 x 3 metros y clavar las guaduas perforadas cada 70 centímetros y a 50 cm del borde.
- Acumular capas de rastrojo picado, boñiga fresca de res, pulpa de café, ceniza espolvoreada y una capa delgada de tierra cernida hasta formar una pila de 1 metro de altura. Cubrir con hojas de plátano o de yarumo.
- Mantener la pila húmeda sin encharcamiento.
- Voltear con pala la mezcla cada dos semanas.
- En tres meses estará listo el abono. Antes de aplicar alrededor de las plantas, deje que las gallinas limpien de bichos el abono.
Compost del bosque
Es el abono producido en el suelo del bosque, donde la naturaleza tiene los elementos para transformar el material vegetal sobrante en la finca.
Ingredientes
1 costal con material del suelo del bosque.
1 costal de restos vegetales de la finca.
2 arrobas de hojarasca seca triturada.
1 kilo de harina de maíz, de cebada o de arroz.
3 palos de 2 metros de largo, y 3 de 1.20 metros de largo.
Agua limpia.
Procedimiento
Abonos foliares
Se preparan a partir de los nutrientes que el chachafruto, el nacedero y la ortiga (también llamada pringamoza) tienen en sus hojas.
Procedimiento
Mezclar en una caneca plástica limpia, que no sea roja ni amarilla, tres kilos de hojas picadas finamente con 1 kilo de boñiga fresca de res y 10 litros de agua limpia. Poner la mezcla a la sombra de un árbol nativo, sano y frondoso. Tapar la caneca con una tela limpia y una teja para evitar la contaminación. Agitar diariamente con un palo limpio, durante 2 semanas, hasta que deje de producir espuma de fermentación.
Utilización
Filtrar el abono con una tela limpia y diluirlo en otra caneca con la siguiente proporción: un litro de abono por 10 litros de agua limpia (los 10 litros preparados rendirán 100 litros diluidos).
Aplicar sobre las hojas con una fumigadora sin residuos tóxicos. Esto ayuda a repeler insectos y en el café permite controlar la mancha de hierro. También se puede aplicar en el suelo para que las raíces lo absorban.
Los abonos orgánicos preparados en la finca protegen el suelo y nutren los suelos.
Abono de residuos orgánicos
En la finca tenemos varias clases de residuos orgánicos:
Los que provienen de la casa y que se pueden transformar naturalmente, como cáscaras, comida sobrante, papel y madera.
Los que provienen de plantas y animales de la finca, como bagazo de caña, pulpa de café, vástagos de plátano, cañas, tusas de maíz, vainas de fríjol, chachafruto y otros residuos de cosecha, de rocería y de podas de los cultivos. En este grupo también está el estiércol de los animales domésticos: boñiga de res, gallinaza, porquinaza, conejaza, etc.
Otros residuos son las plantas acuáticas como el lirio acuático, la azolla anabaena, que es la unión de un alga y un helecho diminuto que prolifera en los estanques. O la carbonilla, que proviene del carbón mineral quemado, la ceniza de madera y el fango depositado en el fondo de los estanques piscícolas cuando se limpian.
Todos esos materiales deben volver a la tierra convertidos en abono para que el ciclo se renueve. El suelo vivo se encarga de transformar la materia orgánica para que las raíces de las plantas puedan asimilarlas.
Es por eso que no se deben quemar los rastrojos cortados ni las socas de los cultivos o los residuos de cosechas pues se mata la vida del suelo. También las tierras aradas pierden vida cuando los rayos del sol queman los microorganismos. Como a nuestra piel, al suelo debemos mantenerlo protegido.
Cuando los residuos orgánicos caen a un suelo sin vegetación, su descomposición produce líquidos llamados lixiviados, que contaminan las aguas subterráneas y superficiales, creando riesgos para la salud de la gente y los animales.
Las lombrices vuelven abono la basura
Los residuos orgánicos de la finca pueden ser transformados por la lombriz de tierra porque cuando se alimenta de ellos los convierte en lombricompuesto, un abono de excelente calidad, muy rico en nutrientes para flores, hortalizas y frutales.
Las lombrices mismas son un gran alimento para gallinas, patos, peces y cerdos, o pueden iniciar nuevos lombricultivos. Las lombrices prefieren el estiércol de res y de caballo, pero se habitúan a consumir los demás residuos orgánicos de la finca. No es recomendable usar alimentos en estado de putrefacción pues matan las lombrices.
- Seleccionar un espacio plano dentro de un bosque nativo. No sirven los bosques de pinos o de eucaliptos, pues sus árboles segregan sustancias que impiden la rápida descomposición de la materia orgánica.
- Enterrar los palos formando un triángulo de 1 metro de lado y poner en su interior capas sucesivas de hoja- rasca, material descompuesto del bosque y restos vegetales. Espolvorear harina por encima y humedecer.
- Poner los palos de 1.20 metros de manera horizontal dentro del triángulo, con una de las puntas fuera del montón para poder mover el abono.
- Acumular capas hasta lograr 1.70 metros de altura y luego cubrir con tierra y ramas y mantener húmedo.
- Sacudir cada 8 días moviendo los palos horizontales.
- El abono estará listo a los 2 ó 3 meses. Aplique alrededor de la base de las plantas después que las gallinas escarben y lo limpien de bichos y gusanos. Este abono se pude poner a secar y almacenar luego en costales.
Abonos foliares
Se preparan a partir de los nutrientes que el chachafruto, el nacedero y la ortiga (también llamada pringamoza) tienen en sus hojas.
Procedimiento
Mezclar en una caneca plástica limpia, que no sea roja ni amarilla, tres kilos de hojas picadas finamente con 1 kilo de boñiga fresca de res y 10 litros de agua limpia. Poner la mezcla a la sombra de un árbol nativo, sano y frondoso. Tapar la caneca con una tela limpia y una teja para evitar la contaminación. Agitar diariamente con un palo limpio, durante 2 semanas, hasta que deje de producir espuma de fermentación.
Utilización
Filtrar el abono con una tela limpia y diluirlo en otra caneca con la siguiente proporción: un litro de abono por 10 litros de agua limpia (los 10 litros preparados rendirán 100 litros diluidos).
Aplicar sobre las hojas con una fumigadora sin residuos tóxicos. Esto ayuda a repeler insectos y en el café permite controlar la mancha de hierro. También se puede aplicar en el suelo para que las raíces lo absorban.
Los abonos orgánicos preparados en la finca protegen el suelo y nutren los suelos.
Abono de residuos orgánicos
En la finca tenemos varias clases de residuos orgánicos:
Los que provienen de la casa y que se pueden transformar naturalmente, como cáscaras, comida sobrante, papel y madera.
Los que provienen de plantas y animales de la finca, como bagazo de caña, pulpa de café, vástagos de plátano, cañas, tusas de maíz, vainas de fríjol, chachafruto y otros residuos de cosecha, de rocería y de podas de los cultivos. En este grupo también está el estiércol de los animales domésticos: boñiga de res, gallinaza, porquinaza, conejaza, etc.
Otros residuos son las plantas acuáticas como el lirio acuático, la azolla anabaena, que es la unión de un alga y un helecho diminuto que prolifera en los estanques. O la carbonilla, que proviene del carbón mineral quemado, la ceniza de madera y el fango depositado en el fondo de los estanques piscícolas cuando se limpian.
Todos esos materiales deben volver a la tierra convertidos en abono para que el ciclo se renueve. El suelo vivo se encarga de transformar la materia orgánica para que las raíces de las plantas puedan asimilarlas.
Es por eso que no se deben quemar los rastrojos cortados ni las socas de los cultivos o los residuos de cosechas pues se mata la vida del suelo. También las tierras aradas pierden vida cuando los rayos del sol queman los microorganismos. Como a nuestra piel, al suelo debemos mantenerlo protegido.
Cuando los residuos orgánicos caen a un suelo sin vegetación, su descomposición produce líquidos llamados lixiviados, que contaminan las aguas subterráneas y superficiales, creando riesgos para la salud de la gente y los animales.
Las lombrices vuelven abono la basura
Los residuos orgánicos de la finca pueden ser transformados por la lombriz de tierra porque cuando se alimenta de ellos los convierte en lombricompuesto, un abono de excelente calidad, muy rico en nutrientes para flores, hortalizas y frutales.
Las lombrices mismas son un gran alimento para gallinas, patos, peces y cerdos, o pueden iniciar nuevos lombricultivos. Las lombrices prefieren el estiércol de res y de caballo, pero se habitúan a consumir los demás residuos orgánicos de la finca. No es recomendable usar alimentos en estado de putrefacción pues matan las lombrices.
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